►El técnico del Sameji resaltó que también tuvo que manejar los egos de los jugadores
POR CARLOS SÁNCHEZ G. / SANTO DOMINGO.- Ganar el título para el club Sameji deja un sabor bien dulce en el dirigente del conjunto. David Díaz tiene razones para sonreír, pues aunque se vio ligeramente fácil, hubo que sortear situaciones. El néctar del triunfo para Díaz radica en que, si bien ya trae el lauro de poseer el título de la Liga Nacional de Baloncesto, en Santiago era un dirigente debutante. "Debutar como dirigente en Santiago, que es uno de los torneos más importantes del país, y ganar el campeonato es grandioso", manifestó Díaz a DL.
Pero ese sabor tiene otro ingrediente. Significativo, sin dudas, y es que en su etapa de jugador fue clave en su papel de refuerzo (armador) del Club Domingo Paulino para que este conjunto se llevara tres coronas consecutivas (1997-1998-1999), por lo que jugar esta final contra el equipo con el que militó, le representó otra gran experiencia. Ahora estar en el banquillo principal de Sameji lo impulsaba a dar lo máximo. "Quería ganar en cuatro juegos", dijo. La serie terminó el domingo 4-2.
Por qué no fue fácil
El equipo estaba cargado de talento. Eso es indiscutible, desde el principio del torneo, por lo que planteó que su equipo tenía que "estar entre los primeros dos para llegar a la final", expresa Díaz, por el hecho de contar con unos siete jugadores que podían ser quinteto en cualquier otro equipo".
Esto es deporte, sin embargo, y lo que está en el papel no necesariamente es lo que pasa en el tabloncillo. Jugadores se lastimaron, otros se marcharon, como es el caso del Gary Núñez.
Luis Martínez, Chris de la Rosa, Amaury Fermín y los hermanos Gerardo y Juan Miguel Suero conformaron un núcleo indetenible, "muy ofensivo", en palabras de Díaz.
En el camino perdieron, además de Núñez a Martínez. Gerardo se lastimó en la regular, y no jugó los dos primeros juegos de la final. Amaury Fermín también se lesionó.
Aun así, todo ese talento en una cancha es tan favorable como peligroso. "Hubo que trabajar los egos", dijo Díaz. "Pero al final entendieron. El trabajo en equipo fue lo determinante. Siempre hubo un protagonista distinto. Nunca bajaron la guardia, y al final dio resultado, pues hubo mucha comunicación".
Claro, hubo otro aspecto fundamental. "Yo he estado ahí y conozco su lenguaje, también fui jugador", dijo Díaz. cafe56.net
(Con información de: Diario Libre | Para: Cafe56.net)
POR CARLOS SÁNCHEZ G. / SANTO DOMINGO.- Ganar el título para el club Sameji deja un sabor bien dulce en el dirigente del conjunto. David Díaz tiene razones para sonreír, pues aunque se vio ligeramente fácil, hubo que sortear situaciones. El néctar del triunfo para Díaz radica en que, si bien ya trae el lauro de poseer el título de la Liga Nacional de Baloncesto, en Santiago era un dirigente debutante. "Debutar como dirigente en Santiago, que es uno de los torneos más importantes del país, y ganar el campeonato es grandioso", manifestó Díaz a DL.
Pero ese sabor tiene otro ingrediente. Significativo, sin dudas, y es que en su etapa de jugador fue clave en su papel de refuerzo (armador) del Club Domingo Paulino para que este conjunto se llevara tres coronas consecutivas (1997-1998-1999), por lo que jugar esta final contra el equipo con el que militó, le representó otra gran experiencia. Ahora estar en el banquillo principal de Sameji lo impulsaba a dar lo máximo. "Quería ganar en cuatro juegos", dijo. La serie terminó el domingo 4-2.
Por qué no fue fácil
El equipo estaba cargado de talento. Eso es indiscutible, desde el principio del torneo, por lo que planteó que su equipo tenía que "estar entre los primeros dos para llegar a la final", expresa Díaz, por el hecho de contar con unos siete jugadores que podían ser quinteto en cualquier otro equipo".
Esto es deporte, sin embargo, y lo que está en el papel no necesariamente es lo que pasa en el tabloncillo. Jugadores se lastimaron, otros se marcharon, como es el caso del Gary Núñez.
Luis Martínez, Chris de la Rosa, Amaury Fermín y los hermanos Gerardo y Juan Miguel Suero conformaron un núcleo indetenible, "muy ofensivo", en palabras de Díaz.
En el camino perdieron, además de Núñez a Martínez. Gerardo se lastimó en la regular, y no jugó los dos primeros juegos de la final. Amaury Fermín también se lesionó.
Aun así, todo ese talento en una cancha es tan favorable como peligroso. "Hubo que trabajar los egos", dijo Díaz. "Pero al final entendieron. El trabajo en equipo fue lo determinante. Siempre hubo un protagonista distinto. Nunca bajaron la guardia, y al final dio resultado, pues hubo mucha comunicación".
Claro, hubo otro aspecto fundamental. "Yo he estado ahí y conozco su lenguaje, también fui jugador", dijo Díaz. cafe56.net
(Con información de: Diario Libre | Para: Cafe56.net)
